Reseñas




Rosita, Escalada Salvo y Marily, Morales Segovia

por facundo binda
facubinda@yahoo.com.ar


Rosita, Escalada Salvo (compiladora).

Mitos y Leyendas. Un viaje por la región guaraní (antología). Córdoba: Editorial Universitaria de Misiones, 2003.

Este libro forma continúa la política de difusión de la cultura misionera que se ha encomendado la Universidad de Misiones por medio de su Editorial Universitaria. En él se recogen “variedad de leyendas que tienen vigencia en la región – acotada, como dijimos, aunque no exclusivamente, al Nordeste-Litoral argentino y Paraguay – lo cual implica pluralidad de autores y diferencias en las versiones de un mismo tema”. Por ello la compiladora – en compañía de la profesora Olga Zamboni, que ha llevado a cabo el trabajo de elaborar propuestas didácticas para los textos – no escatima en fuentes a la hora de recoger los materiales compilados; leyendas populares, relatos de naturalistas, poemas, cuentos, todos conviven en este mosaico cultural del imaginario colectivo mesopotámico.


Las leyendas tienen – debido a su origen y propagación popular – diferentes versiones; Escalada Salvo ha tratado de fijar esa variedad recogiendo dos o tres versiones de las mismas, algunas poéticas, otras populares. Por ejemplo en la leyenda del Irupe, se recogen las versiones de Velmiro Ayala Gauna y Ernesto Morales, ambas narrativas, y la canción leyenda Irupé de Ramón Ayala, de la que se incluye la partitura y notas para ejecutarla.

Hay que tener cuidado con la confusión a la que puede prestar el título: en él se habla de la región guaraní, entendiendo por ello al territorio actual en que desde milenios atrás habitaran los ava; pero con ello no se quiere significar que los mitos y leyendas que integran la antología pertenezcan a las creencias de este pueblo, sino que más bien son las historias que hoy circulan y perduran entre los que habitan este suelo. Y si bien podemos encontrarnos con un fragmento del Ayvu Rapyta recogido por León Cadogan entre los mbya, texto que sí podemos llamar verdadera “literatura guarani”, en mucho de lo otro adjudicado a ellos hay rastros de la cristianización u occidentalización de las historias y creencias (el caso más sencillo, el lobizón, que se introduce a América con los conquistadores y rápidamente es regionalizado).

Hay también lugar para las Costumbres, devociones y amuletos que lleva consigo el hombre del Litoral, como el culto a la cruz Gil o a San La Muerte, el cruce de brasas en el día de San Juan o el portar una pluma de cabure como amuleto, o una talla del santo o patrono. Mantener viva las tradiciones y llevarlas a las escuelas, para ser estudiadas, valoradas, razonadas, es la virtud que más valía otorga a esta antología.




Marily, Morales Segovia. Devocionario correntino y santoral chamamecero. Corrientes: Moglia Ediciones, 2005.


Hace algunos años encontrar un título que incluyera conjuntamente las palabras devocionario y chamamecero era simple y llanamente una herejía. Un devocionario es por definición un libro de oraciones, plegarias, cantos y rezos que un fiel porta consigo para acompañar los momentos del día, para detenerse y honrar a sus santos, para pedir y agradecer. El chamame era lo popular, el lugar de la fiesta y el cortejo, del enlace de cuerpos y muchas veces del cuchillo y la sangre. Pero esta música y danza se enraizaron en el hombre de la región, y se volvieron necesidad cuando el destino lo arrojó lejos de sus tierras. Los años y los hechos trágicos se llevaron a muchos de los apóstoles de este ritmo, y así nació su panteón olímpico, su paraíso, su santoral y su devoción. Bella Vista tiene su peregrinación anual en septiembre, Mburucuyá su jubileo en cada febrero, Federal su propia Meca... y el chamame, de la mano de Marily, su propio Devocionario.


¿Cómo ve la autora el traspaso entre lo divino y lo profano? Por medio de la elevación que producen las bellas palabras del chamame, que al igual que la de nuestros hermanos guaraníes, nos elevan a una Tierra Sin Mal en la que “se unen la música, la danza y las bellas palabras”. 

Marily despliega su Devocionario en partes: arranca con una lista y descripción de los seres mitológicos guaraníes de Corrientes, sigue con las múltiples manifestaciones de la Virgen María que son veneradas en la provincia, patrona de catorce poblaciones de Corrientes: Itatí, Loreto, Concepción, Sauce y Mercedes entre ellas. Luego siguen los innumerables patronos del santoral “oficial” de la iglesia Católica, sus fiestas patronales y oraciones. Y también hay lugar para aquellos patronos a los cuales el pueblo ha dotado de nuevas significaciones: San Son, San Baltazar, Santa Catalina entre ellos.


Lo profano se va imponiendo al avance del Devocionario, y llegamos así al Santoral Popular y Los Gauchos Milagrosos, santos cercanos y tangibles propiedad del pueblo, que son inescindibles del culto oficial y los cuales han sabido ser “leídos” y respetados por muchos religiosos. Finalmente llega el tiempo de las oraciones a la religión chamamecera: el padre nuestro chamamecero, sus diez mandamientos y el largo santoral que lo compone. Inspirados por apariciones, pomberos, el kurupí, la Yjára o cualquier otra epifanía, cumpliendo duras pruebas y peregrinaciones al más allá, Marily nos “cuenta” la vida y milagros de estos santos con un muy buen toque humorístico pero a la vez enaltecedor, en una lista que no diferencia estilos, tendencias o instrumentos. Todos son santos pues todos santifican el ritmo madre de la tierra chamamecera.

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