Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar
“Soles Dormidos”, “Cuentionario”, “Ráfagas de pájaros”, “El desierto de la sed”, “Parque de destrucciones”, son algunas de las publicaciones de Rodrigo Galarza. Estuvo trece años en Madrid, decidió volver y la vida lo llevó de vuelta a la tierra española. Sin embargo sus ojos siguen mirando al taraguí, “mis ojos están en mi pueblo Caa Catí, sus esteros, sus alrededores, sus grandes llanos, las palmeras, el olor de los caballos”, expresó en una oportunidad.
Siempre puede haber excusas para hablar con un poeta, quizás simplemente oírlo hablar, pero en este caso invocamos la realización del II Festival Correntino de Poesía, el homenaje a Juan José Folguerá y su intervención poética con el grupo Tajy. Su generosidad y predisposición, siempre atento, hicieron posible esta entrevista vía internet desde El Zapallar, Chaco a Madrid, España.
- En principio cómo viviste el hecho de poder haber concretado el Primer Festival de Poesía Correntina. ¿Cuáles eran tus pulsiones mientras los poetas se cruzaban y se leían?
La concreción de un Primer Festival de poesía correntina fue la manifestación real de un largo sueño acuñado. Siempre he echado en falta la existencia de uno en Corrientes, es decir la posibilidad de crear un espacio breve pero intenso, de cruces de poéticas, de abrazos e intercambios; recuperar un poco el antiguo pulso de la poesía dicha en boca del poeta. En los tiempos que corren a veces uno no se detiene a oír al otro y en ese sentido me pareció importante que los poetas pudieran encontrarse y abrirse al público que de hecho fue bastante amplio y muy respetuoso. Sin duda en Corrientes hay avidez por estos eventos.
- En la conferencia de prensa días atrás te mencionaban como el curador del II Festival de Poesía. ¿Cómo fue trabajar en este segundo festival desde la distancia?
Creo que la semilla del festival está plantada, de ahí que esté en marcha este Segundo Festival que ya no es de poesía correntina exclusivamente, ya que se ha abierto a otras regiones del país a través de la visita de Laura Yasán (Bs. As.), Roberto Malatesta (Santa Fe) y Carlos Aldazabal (Salta) y los amigos chaqueños.
Las circunstancias hacen que esté lejos pero bien sabemos que los medios tecnológicos hacen posible que desde Madrid pueda colaborar con el festival, esto por supuesto es realizable porque el evento cuenta con la labor incansable de Gabriela Bissaro, Carlos Lezcano y Estefanía Ceballos, más el apoyo del Instituto de Cultura y Extensión Universitaria. Lo importante es la continuidad, que el correntino sepa que cuenta con un festival y que a su vez éste vaya creciendo en poetas invitados y en público.
Allá por el 97 participé del importante Festival Latinoamericano de poesía de Rosario (70 poetas invitados, entre ellos Juan Gelman); en aquella ocasión los dos más jóvenes del festival éramos Carlos Aldazábal y yo casualmente, y te cuento esto porque desde entonces he venido pensando que sería bueno para Corrientes tener un festival así. La suerte está echada, habrá que seguir trabajando.
- Ahora se realizará un homenaje a Juan José Folguerá, ¿qué significa para vos la poesía de Juan José?
La obra de Juan José Folguerá marca un hito fundamental en la poesía correntina por su fondo totalmente correntino y universal y por su forma impecable, arquitecturada, que lo sitúa entre los más grandes sonetistas de Argentina y más. Si los vates del Siglo de oro español vivieran, seguro se tomarían un vino son él. Personalmente Juan José me alentó mucho y me hizo ver elementos de la lengua que me sirvieron muchísimo en la construcción del poema como artefacto. Era un gran conversador y conocedor de todas las tradiciones poéticas. Corrientes le debe mucho y por eso el homenaje. En sucesivas ediciones del festival le llegará el momento también a otros tantos como Madariaga, Martínez, Gordiola Niella, Alarcón, entre otros.
- Por último, le entregaste el año pasado a Tajy poemas que ellos después musicalizaron, ¿cómo viviste esta experiencia y qué significó para vos el resultado?
La obra que está realizando Tajy en el plano de nuestra música es enriquecedora, por su rigor y estudio, por el talento desplegado y por su compromiso con el chamame y la música del litoral en general. Me parece muy importante para Corrientes la emergencia de este tipo de grupos que parten de los clásicos y provocan la apertura hacia otros sonidos, las confluencias con otros ritmos sin perder la esencia. Uno escucha a Tajy y desde los primeros acordes siente esa pulsión del terruño universalizada. El grupo ha entendido perfectamente que el camino de la excelencia no va solamente por ejecutar Tita tal lo hacía el maestro Isaco, sino por lograr otros matices, otros colores, en definitiva otro sonido pero que nunca deja de ser chamame. La recuperación del violín en nuestra música me parece fundamental ya que le impregna de un lirismo exquisito.
Tajy dispone de un maestro letrista que es Cacho González Vedoya. Para mí ha sido un orgullo poder colaborar con algunos poemas que fueron musicalizados y que formaron parte del espectáculo “Acuarela”; es un desafío nuevo, otro canal de expansión de mi poesía ya que ahora puede contar con el gran poder evocador y movilizador de la música en manos de músicos admirables por su entrega, talento y valentía.
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